EMPATÍA PARA LA CREACIÓN DE EQUIPOS DE ALTO DESEMPEÑO

Aunque muchas veces había escuchado e intentado aplicar el término “empatía” en varias situaciones de mi vida, yo no contaba con los elementos y herramientas que tengo hoy en día, las cuales me permiten y ayudan a ser más consciente en cuanto al término de empatía se refiere.

Fiel a mi estilo de redacción, me gustaría definir la palabra empatía:

“Es la intención de comprender los sentimientos y emociones, intentando experimentar de forma objetiva y racional lo que siente otro individuo. La palabra empatía es de origen griego ‘empátheia’ que significa ‘emocionado’”

Pero cómo se puede comprender algo cuando no te ha tocado vivirlo, experimentarlo o sufrirlo. Por más que conscientemente busquemos la forma de entender al otro, nuestras creencias (y subconsciente) no logran comprenderlo y eso trae problemas dentro de los equipos.

Esto, me hace recordar una maravillosa analogía que presentó el coach Humberto Vázquez, en la cual precisaba lo siguiente:

Nos pedía que nos imagináramos a un cerdito y a un cocodrilo. Para empezar, el cerdito denota alegría, tranquilidad, felicidad, paz, emociones positivas y, por el contrario, el cocodrilo denota, agresividad, fuerza, ira y ataque.

Estos dos personajes se encuentran dentro de la organización y constantemente se enfrentan porque su historia de vida y sus experiencias les indican que la vida funciona solo de una forma, sus creencias les señalan que ellos están en lo correcto y que tienen que defender esas creencias a muerte porque, de otra forma, sienten que pierden algo de ellos mismos.

¿Cómo podríamos conseguir unir a estos dos seres para que trabajen en equipo? ¿Cómo mostrarles que los dos tienen la razón y a la vez no? ¿Cómo lograr que se llegue a los objetivos?

He descubierto dos conceptos que pudieran ser la clave para solucionar aquellos problemas de percepción que tenemos sobre los otros y, obviamente, sobre nosotros mismos:

• Felicidad

• Bienestar 

Me explico, la mayoría de las personas tenemos un error de lógica, debido a que casi un 95% de las veces actuamos por lo que sentimos, cabe aclarar que esto se da de forma INCONSCIENTE y hay que recordar que en nuestro día a día somos un gran porcentaje de INCONSCIENCIA.

El cerdito y el cocodrilo actúan como lo hacen desde ese 95% de inconsciencia. El cerdito cree que la forma correcta de actuar es siendo noble, alegre, feliz, simpático, mientras que el cocodrilo siente que le única forma de obtener resultados es siendo agresivo, estando siempre a la defensiva, luchando y gritando. 

Pero, los dos están actuando desde lo que a ellos les hace sentir bien, los hace “felices” y con esto se refuerza aún más su creencia.

El problema es que el equipo es el que pierde, no se alcanzan las metas, la relación entre ellos cada vez se deteriora más, la organización pierde también y, al final, nadie sale ganando, bueno, existe alguien que sí gana.

El EGO del cerdito y del cocodrilo. La búsqueda de la felicidad puede llegar a ser un acto egoísta.

Adrián, entonces, ¿qué podemos hacer? Actuar desde el principio del bienestar.

Actuar desde el punto de vista del bienestar nos hace tener que dejar de lado nuestro ego y comprometernos a trabajar por y para el EQUIPO, el bienestar en conjunto, para mí, para el otro y para el equipo.

Significa tener que ser más prácticos y menos emocionales, hacer las cosas por el simple hecho de que tenemos que hacerlas, ser responsables con lo que se nos pide, ya sea en el trabajo, en la sociedad, en la familia.

Ser empáticos al final es no permitir que nuestro ego nos domine, saber que hay diferentes formas de hacer las cosas y desde ese punto respetar al otro, pero ser empáticos no nos exime de exigir resultados, de pedir que las cosas que inicien, se desarrollen y se terminen.

¡Aprendamos juntos!

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