ENCAMINANDO EL CRECIMIENTO DE TU EMPRESA

“Es muy importante tomar riesgos en la vida y en los negocios, pero estos deben ser calculados, no hay razón para poner en riesgo el cuello por algo que tiene pocas posibilidades de éxito” Richard Branson.

Richard Branson es uno de los empresarios más carismáticos y exitosos en la actualidad. Inició su primera empresa a la edad de 16 años y hoy son más de 360 las que forman Virgin Group. Si uno ahonda en su historia podrá darse cuenta de que son muchos los adjetivos que pueden definirlo, pero difícilmente precavido o temeroso serán uno de esos.

El miedo de Crecer

Traigo a colación esta cita ante las perspectivas poco claras que afrontan la mayoría de las empresas y emprendedores en un país como México. A menudo vemos como estos se paralizan por el miedo a la incertidumbre en la que vivimos, al grado que prefieren detener cualquier tipo de inversión o proyecto sin realmente hacer una evaluación.

Lo anterior es un gran error, ya que relega cualquier posibilidad de crecer como empresa al hecho de que las perspectivas sean evidentemente positivas. El problema con esta situación es que deja la empresa a la deriva y no le permite enfrentar el mercado de forma proactiva o contracíclica.

Que una empresa deje de llevar a cabo una acción no es negativo, siempre y cuando las causas de esto radiquen en el seguimiento de una estrategia bien definida y no simplemente al miedo a lo que pudiera pasar. Por otro lado, tampoco se trata de que las empresas empiecen a generar ideas e implementarlas indiscriminadamente en busca de crecimiento a toda costa.

Las empresas deben entender que la mejor forma de enfrentar escenarios adversos radica en definir proactivamente sus acciones, pues solo así se puede disminuir la incertidumbre y tomar mayor control sobre cómo afecta sus operaciones.

Por dónde empezar.

Desafortunadamente la gran mayoría de las empresas no llevan a cabo el desarrollo de un plan estratégico con la finalidad de crecer y por ende terminan actuando conforme van surgiendo nuevas circunstancias que les afectan. Entender la importancia de contar con una estrategia definida es el primer gran paso para una empresa.

Una vez que se ha decidido actuar con base en una estrategia, la empresa necesita establecer su crecimiento como un objetivo claro y cuantificable. A partir de esto la estrategia se construye estableciendo una serie de acciones enfocadas en alcanzar dicho objetivo.

Una estrategia implica proyectar el camino que se quiere recorrer, y por ende tratar de identificar los obstáculos que pueden encontrarse en el trayecto. Cabe señalar que, aunque la ruta se establece desde un principio, esto no implica que no se pueda modificar en caso de ser necesario, pero las ventajas de saber hacia donde se dirige la empresa facilita la resolución de cualquier contratiempo sin perder de vista el objetivo final.

Cómo establecer la estrategia correcta.

Para desarrollar una estrategia correcta la empresa debe apoyarse en el conocimiento y experiencia de los líderes de su empresa, quienes, en conjunto, permitirán evaluar la posición actual de esta y proyectar sus alcances. Con base en su análisis deberán definirse las acciones que se llevarán a cabo y la forma en que toda la organización se alineará.

Aunque el grupo de líderes de una empresa puede aportar la mejor retroalimentación, es importante considerar la participación de un consultor externo, el cual puede aportar una perspectiva diferente y objetiva. Adicionalmente, el consultor puede brindar los siguientes beneficios en el desarrollo de la estrategia:

• Metodologías para el desarrollo de la estrategia.

• Evaluación objetiva del estado de la empresa.

• Nuevo conocimiento.

• Experiencia en el manejo de conflictos

• Plataformas tecnológicas 

“Estrategia sin táctica es el más lento camino a la victoria. La táctica sin estrategia es el ruido antes de la derrota.” Sun-Tzu