El valor de un activo incorpóreo.

En la actualidad, el uso o transferencia de activos intangibles entre partes relacionadas es un tema delicado, ya que en algunas ocasiones una de las partes se encarga del desarrollo del activo y otra de la explotación del mismo; por tal motivo, el capítulo VI de las Directrices de la OCDE, hace mayor énfasis en que este tipo de transacciones deben cumplir con el principio de independencia efectiva.

Las Normas Internacionales de Contabilidad, definen que los activos intangibles son aquellos recursos controlados como resultado de sucesos pasados de los cuales una entidad espera obtener algún beneficio económico en el futuro, el cual sea identificable, de carácter no monetario y sin apariencia física.

El párrafo 6.6 de las Directrices de la OCDE, definen el término “intangible” como un bien que no es ni activo físico ni financiero y que puede ser objeto de propiedad o control para su uso en actividades comerciales, y cuyo uso o transmisión será remunerado si se produjera en una operación entre empresas independientes en circunstancias comparables.

Estos activos pueden ser considerados como “únicos y valiosos”, es decir, no son comparables con otros utilizados o puestos a disposición por terceros en operaciones potencialmente comparables y cuyo uso en las operaciones empresariales (como la fabricación, prestación de servicios, comercialización, venta o administración) se espera que genere mayores beneficios económicos en el futuro de lo que cabría esperar si no fueran usados.

Con frecuencia las entidades emplean recursos, o incurren en pasivos, para la adquisición, desarrollo, mantenimiento o mejora de recursos intangibles tales como el conocimiento científico o tecnológico, el diseño o implementación de nuevos procesos o nuevos sistemas, licencias o concesiones, propiedades intelectuales, conocimientos comerciales o marcas, programas informáticos, patentes, derechos de autor, películas, listas de clientes, derechos por servicios hipotecarios, licencias de pesca, cuotas de importación, franquicias, relaciones comerciales con clientes o proveedores, lealtad de clientes, cuota de mercado y los derechos de comercialización.

En algunas ocasiones una entidad puede generar internamente un activo intangible y para dar cumplimiento a su reconocimiento deberá clasificar la generación del activo en dos fases importantes; investigación y desarrollo.

La fase de investigación incluye actividades dirigidas a obtener nuevos conocimientos; búsqueda, evaluación y selección final de las aplicaciones de resultados de la investigación u otro tipo de conocimiento, búsqueda de alternativas para materiales, aparatos, productos, procesos, sistemas de servicios, y la formulación, diseño, evaluación y selección final de posibles alternativas para materiales, dispositivos, productos, procesos, sistemas o servicios que sean nuevos o se hayan mejorado.

Por otra parte, la fase de desarrollo permite el reconocimiento de un activo intangible en los registros contables de la entidad si entre otras cosas, puede demostrar técnicamente, que es posible completar la producción del activo intangible de forma que pueda estar disponible para su utilización o venta.

Como podemos observar, las fases de investigación y desarrollo juegan un papel muy importante en la determinación de un activo intangible, por lo que es preciso determinar por medio de un análisis adecuado qué miembro o miembros de un grupo desempeñan y controlan las funciones de desarrollo, mantenimiento, mejora, protección y explotación de un activo intangible. Asimismo, será necesario determinarse la compensación que cada una de las partes deberá recibir en la cadena de valor.

El uso, goce y explotación de un activo intangible entre empresas de un mismo grupo, debe ser debidamente evaluado, con la finalidad de que cada una de las partes involucradas pueda determinar los rendimientos económicos obtenidos conforme a las funciones, activos y riesgos asumidos en la transferencia de este.

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