La mayor parte de los directivos es consciente de que necesita grandes líderes para lograr que su compañía funcione correctamente, pero falla en comprender que, para alcanzar el éxito y sostenerlo, es indispensable formar grandes equipos de trabajo. El compromiso, la comunicación y el desempeño son indicadores que se desarrollan de manera constante por un líder eficiente, capaz de utilizar diversas habilidades para motivar a los colaboradores y dirigir sus esfuerzos hacia el cumplimiento de la visión organizacional. Por esta razón, tanto el liderazgo como el trabajo en equipo han sido temas recurrentes y de vital importancia para muchas empresas a lo largo del último par de décadas.

Los equipos de trabajo de alto desempeño se consolidan cuando el líder establece un sistema estratégico que facilite al personal identificar sus responsabilidades y le proporcione las herramientas necesarias para llevarlas a cabo; asimismo, cuando el esquema de gestión de cada proyecto permite darle seguimiento y determinar aquellos factores que potencializan o disminuyen el avance de la operación. Naturalmente, es imposible implementar este tipo de metodologías sin una comunicación realmente efectiva, que promueva continuamente la motivación, el compromiso y la crítica constructiva, así como una visión clara que proporcione una dirección coherente a las actividades del equipo. La carencia de estas habilidades fundamentales actúa en detrimento del desempeño general de la organización, y probablemente sea la razón por la cual muchos líderes son incapaces de replicar el éxito que, individualmente, lograron en otra empresa. Cuando el líder domina las técnicas que hacen posible la formación de equipos de alto desempeño logra incrementar la productividad y la eficiencia general de su compañía, desarrolla un ambiente laboral sano, impulsa la iniciativa y la creatividad, facilita la resolución de problemas y contingencias, disminuye la rotación de personal y, simultáneamente, atrae talento humano.

Es importante insistir en el rol del líder en torno a los equipos de alto desempeño, aun cuando los miembros del mismo cuenten con los conocimientos y las habilidades requeridas para desempeñar su cargo, pues es él quien moldea su estructura y desarrolla las condiciones que le permiten funcionar de manera sostenible y eficiente. En la ajetreada dinámica del día a día, donde todos tienen responsabilidades diferentes y es común que la comunicación incesante degenere en sobrecarga de información, es muy fácil perder el enfoque. Aquí, el líder marca la diferencia entre un grupo de personas y un equipo de trabajo, y esta sutil diferencia determina el éxito organizacional.

Aunque los equipos de trabajo son ahora más diversos y más dinámicos, existen algunos hábitos y competencias esenciales que el líder debe poner en práctica para potencializar el desempeño de su equipo.

· Inteligencia emocional: esta habilidad es la que permite identificar las necesidades y motivaciones de los colaboradores, así como establecer fuertes lazos sociales con los mismos, facilitando la tarea articular sus esfuerzos para cumplir con los objetivos de la organización.

· Liderazgo: el líder debe ser capaz de organizar la complejidad que constituye como tal el equipo de trabajo, así como trazar un plan de acción estratégico para aprovechar y desarrollar las habilidades de sus integrantes, mejorando así el desempeño general de la empresa.

· Comunicación efectiva: esta poderosa herramienta es fundamental para la creación de climas organizacionales sanos. Asimismo, mediante la comunicación efectiva es posible enfocar y mantener a todo el equipo de trabajo actualizado, mejorando los niveles de productividad y preparándolo ante posibles contingencias.

· Enfoque a resultados: de nada sirve convocar a múltiples reuniones si nunca se decide nada en específico o se llega a un objetivo en concreto. Cuando todos los esfuerzos están dispersos y el equipo no tiene una idea clara de qué es lo que se está haciendo, el líder debe puntualizar y guiarlos en la dirección más conveniente.

· Evaluación: evaluar el desempeño del equipo no solo permite identificar las fortalezas y debilidades del mismo: trabajar con una meta establecida es también un elemento fundamental para la motivación del mismo. No se trata, en todo caso, de “trabajar más”, sino de lograr mejores resultados trabajando de manera más eficiente.

· Facilitador: la tarea más importante del líder es la de planificar los procesos y gestionar las herramientas que facilitarán el trabajo de su equipo, impulsando sus niveles de productividad y eficiencia. Esto es algo que se logra únicamente cuando se tienen cubiertos todos los puntos anteriores.

Si bien la formación de equipos de alto desempeño nunca ha sido fácil, en los últimos años tampoco se ha vuelto más sencillo y, a medida que estos tienden a ser más globales, digitales y diversos, el trabajo del líder será de mayor vitalidad e importancia. En Grupo Consultor EFE™ contamos con programas vanguardistas que le proporcionarán al líder las herramientas más novedosas para desarrollar equipos de trabajo eficientes e impulsar el desempeño de su organización. Si usted desea obtener más información, no dude en contactarnos a través de nuestro sitio web: www.grupoconsultorefe.com