El mundo de los negocios atraviesa una época de cambios sin precedentes. Alrededor del mundo, sin importar el tipo de industria, el desarrollo de las organizaciones se ve influenciado por múltiples factores que afectan en mayor o menor medida la implementación exitosa de sus estrategias comerciales: el acelerado avance de la tecnología, la evolución constante y dinámica de los mercados y su demografía, la presión cada vez más compleja por parte de las autoridades reguladoras, y la creciente incertidumbre política y económica de las sociedades globalizadas. Ante dicho panorama, donde toda circunstancia pone una interrogante al futuro de las compañías, contar con una cultura de liderazgo sólida y líderes capaces de guiarlas efectivamente hacia el cumplimiento pleno de sus objetivos, adaptándose a cada desafío de manera oportuna, es una condición indispensable.
Sin embargo, el desarrollo de este tipo de líderes parece ser uno de los retos más grandes y acuciantes que enfrentan las organizaciones modernas. Aunque el liderazgo es un tema que lleva ya varias décadas presente en la agenda de las grandes empresas, y de que muchas de ellas invierten múltiples esfuerzos en esta y otras áreas del talento humano, muy pocas están alcanzando realmente los resultados esperados. En un interesante estudio realizado recientemente a diversas compañías alrededor del mundo, se encontró que el 72% de los participantes consideraba que la responsabilidad en el liderazgo era un aspecto corporativo crucial en sus respectivas empresas, pero tan solo un 32 por ciento de ellos estaba conforme con el nivel de responsabilidad mostrado por sus líderes*. Actualmente, el leadership accountability es considerado como un factor fundamental para formar empresas competitivas y dinámicas, con la flexibilidad y las capacidades necesarias para salir avante a los desafíos del mañana.
Aunque el término del “accountability”, comúnmente traducido como rendición de cuentas, tiene sus primeras referencias en las antiguas sociedades egipcias y atenienses, su papel en la cultura organizacional y, específicamente, su rol en la cultura del liderazgo, ha cobrado gran importancia en los últimos años. Esta valiosa aptitud está relacionada con tres habilidades esenciales: el compromiso, la proactividad y la responsabilidad. Un líder accountable toma la responsabilidad del resultado de sus acciones, sean positivos o negativos, sin culpar a los demás ni utilizar razones externas como excusa. Precisamente porque los factores que pueden afectar el resultado de los esfuerzos de una organización son constantemente variables, el líder debe tomar responsabilidad e iniciativa por todas aquellas acciones que sí están bajo su control y que pueden mejorar la efectividad de las empresas antes, durante y después de la implementación de sus estrategias. La importancia del leadership accountability recae en que un líder accountable crea equipos de trabajo responsables y esta cultura de rendición de cuentas asienta las bases del éxito organizacional.
En general, estas son las características compartidas por los líderes accountables:
1. Demandan excelencia: un buen líder tiene expectativas claras y precisas, y motiva a su equipo de trabajo para que este exceda continuamente los estándares de desempeño establecidos. Aunque, en muchos sentidos, esto pueda resultar obvio, se trata de una práctica en realidad menos habitual de lo que a muchas organizaciones les gustaría admitir.
2. Solucionan conflictos de manera efectiva: este es un indicador comúnmente observable y tangible entre líderes que destacan por su alto sentido de responsabilidad, y uno de los mejor valorados por los grandes directivos. Esta característica permite que el líder se enfrente a problemas incómodos y tome decisiones difíciles proactiva y asertivamente, sin permitir que estos evolucionen y sacando provecho de las circunstancias a su favor.
3. Comunican efectivamente: cuando un líder comunica eficazmente la estrategia de su compañía, ayuda a que los empleados comprendan cómo su trabajo contribuye al éxito de la misma, mejorando los índices de motivación y satisfacción laboral. Simultáneamente, la comunicación efectiva permite establecer climas organizacionales sanos y mantener al personal informado y enfocado, preparándolo de manera activa ante cualquier contingencia.
4. Tienen un nivel alto de inteligencia emocional: esta habilidad imprescindible hace posible incrementar los índices de motivación, compromiso y satisfacción laboral articulando estratégicamente los valores y la cultura organizacional con las motivaciones de los empleados.
5. Liderazgo: por definición, un líder accountable es sumamente consciente de su entorno (tanto al interior como al exterior), y esto le permite identificar los riesgos latentes en su operación y las posibles oportunidades que podrían impulsar su desarrollo, tomando las decisiones pertinentes para ello.
No obstante, la cuestión del leadership accountability puede percibirse de manera contraproducente. ¿Cómo puede una empresa desarrollar líderes accountables y consolidar el accountability como un principio organizacional sin que estos se sientan intimidados por la perspectiva de nuevas y más grandes responsabilidades? En primer lugar, es necesario que la empresa asuma cabalmente un compromiso por impulsar el talento humano de sus líderes y estos, en segundo lugar, deben tomar la iniciativa a nivel individual. Entre las diversas prácticas que una organización puede llevar a cabo para implementar el leadership accountability se encuentran las siguientes:
1. Convertir la responsabilidad del liderazgo en una prioridad para la empresa: esto implica el que todos los gerentes y directivos involucrados tengan una idea clara y compartida sobre cuál es el compromiso y la responsabilidad de la organización respecto al desarrollo de sus líderes.
2. Definir expectativas claras sobre el liderazgo: para que un líder pueda desarrollar un principio sólido de accountability, es necesario que la empresa exponga con claridad y precisión cuáles son sus expectativas y cuáles serán las herramientas y oportunidades que este tendrá a su disposición para cumplirlas.
3. Actuar coherentemente y en consecuencia: en muchas ocasiones, los esfuerzos de las compañías por construir una cultura del accountability se ven afectados porque no actúan en consonancia con los dos primeros puntos, es decir, o no proporcionan al líder las herramientas necesarias para su desarrollo, o no toman las medidas adecuadas cuando este no cumple con las expectativas postuladas.
4. Evaluación continua: dar seguimiento al desarrollo del líder de acuerdo con sus resultados y las expectativas acordadas permitirá a la compañía identificar las fallas y oportunidades que actúan a favor y en contra del mismo, así como trazar un plan de acción que permita impulsarlo.
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* Lee Hecht Harrison & Grupo Adecco (2017): The leadership accountability gap - https://goo.gl/JEqcxH
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