Negatividad, desesperación, culpa, frustración, todas estas emociones infelices suelen ser dañinas para cualquier persona, pero particularmente para un líder son catastróficas, como un virus, no solo afectan al líder, afectan a todos los que lo rodean.
El trabajo de los líderes es generar optimismo, satisfacción, responsabilidad y acción. Estas emociones y comportamientos (soft skills) no son fáciles de encontrar y, hay que enfrentarlo, no estarán disponibles para ti cuando las necesites.
Es difícil guiarse a sí mismo y mucho más guiar a otros, sobre todo cuando abunda la tristeza y la fatalidad. Entonces, como líderes, necesitamos un proceso disciplinado para cultivar estas habilidades.
¿Qué tan dispuestos estamos a imaginar e implementar nuevas formas de pensar, de colaborar y de ser? Una práctica esencial de liderazgo para mantenernos a la vanguardia y actualizados es la apertura. A continuación, enlisto una serie de aspectos nocivos y su contraparte para los líderes:
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