Competencias laborales en mandos medios: ¿Qué necesitas para crecer en la organización?

Las competencias laborales han cobrado una gran importancia en el proceso de selección de las empresas. Si bien las universidades proporcionan y avalan el conocimiento técnico de un área específica, al final del día lo que determinará el éxito y el crecimiento de un colaborador será demostrar que cuenta con esa importante mezcla de conocimiento, destreza, actitudes, hábitos y valores necesarios para realizar cierta actividad.

Las competencias directivas son los comportamientos y destrezas observables que favorecen el éxito de un mando medio en su función directiva, es decir, la capacidad para realizar el diseño de estrategias específicas que produzcan valor económico a la organización, así como el desarrollo y crecimiento de las capacidades de sus colaboradores para lograr una meta en común dentro de la empresa.

Para esto, cada organización debe definir las competencias necesarias para el desarrollo de una distintiva que vaya de acuerdo con su misión, visión y estrategia general. Con base en esa competencia es como se establecerán los perfiles laborales, necesidades de capacitación y plan de desarrollo para sus mandos medios y directivos.

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Una de las razones por las cuales las competencias laborales se han vuelto esenciales desde el proceso de selección hasta el desarrollo y crecimiento profesional del colaborador es porque estas demuestran la capacidad de reacción del individuo ante ciertas situaciones, de adaptabilidad a un equipo de trabajo y de búsqueda de soluciones en un entorno de trabajo real. De ahí la importancia de definir previamente cuáles son las competencias requeridas para cada perfil dentro de la organización y que esto permita el logro de objetivos y desarrollo de los colaboradores.

Según Schoemaker, Krupp y Howland, los líderes estratégicos deben contar con seis habilidades:

1. Anticipar señales de cambio, desarrollar redes, planificar escenarios y crecimiento de la competencia.
2. Desafiar, cuestionar el statu quo, centrarse en las causas de los problemas y no en los síntomas, análisis de problemas desde distintas perspectivas.
3. Interpretar, simplificar y sintetizar la información, reconocer patrones de referencia, observar, analizar los detalles y tener visión global de la situación.
4. Decidir en tiempos de incertidumbre con información incompleta y poco tiempo, considerar metas a corto y largo plazo, dividir decisiones importantes en acciones simples.
5. Alinear y facilitar conversaciones para plantear áreas de incomprensión y resistencia, evitar pretextos y falta de compromiso en rendición de cuentas.
6. Aprender y promover una cultura de investigación, analizar casos de éxito y de fracaso para la búsqueda de soluciones constructivas. 

El desarrollo de estas 6 habilidades estratégicas permitirá al colaborador lograr un mayor crecimiento a nivel personal y laboral, ya que aplican tanto para situaciones personales del día a día como de trabajo. Durante los últimos dos años, las competencias más requeridas por las organizaciones son aquellas orientadas a lograr la satisfacción del cliente, al logro de objetivos y a la comunicación efectiva.

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