Los fraudes contables están relacionados con la alteración de datos y de documentos, con la finalidad de ocultar información o aplicación de criterios que distorsionan la realidad económica de una entidad vía la presentación errónea de estados financieros en perjuicio de los accionistas o de terceras personas y en beneficio de alguien o de algunas personas.
Pareciera sencilla la detección del fraude, sin embargo, en la práctica esto puede ser complejo y cuando se descubre es porque la o las personas involucradas se equivocaron y quedó en evidencia el fraude cometido.
Otra situación puede ser que se descubra, producto del resultado de la intervención de la auditoría externa o en el mejor de los casos, que los procedimientos de control interno de la organización lo detectaron.
El riesgo de no detectar un fraude en una auditoría externa es crítico, ya que el fraude puede implicar colusión, falsificación, omisiones deliberadas, manifestaciones intencionadamente erróneas o la elusión del control interno.
En otras palabras, la mayoría de las veces, los fraudes son cometidos por la asociación de varias personas, lo cual involucra que existe un acuerdo de ocultar o alterar la información y debido a esta alteración, las conclusiones sean equivocadas y se acepte como bueno algo que deliberadamente está mal preparado con el ánimo de engañar.
Las recomendaciones para evitar los fraudes deben atenderse sin excepción y, no manifestar que por existir confianza con las personas que trabajan en la compañía no existen o es imposible que existan fraudes.
Producto de la experiencia de ejercer la profesión de la auditoría por varios años, es que los fraudes los han cometido las personas de mayor confianza en la organización y participan varias personas que tienen diferentes roles de trabajo en cada organización, de esa cuenta, una de las recomendaciones que normalmente hacemos es que la confianza debe demostrarse y comprobarse.
No basta con afirmar que por la amistad que se tiene, o por los muchos años de trabajar para la compañía, las personas no cometerían un fraude, al extremo que, en los casos de secuestro está comprobado que el o los que participan son las personas más cercanas o de mayor confianza a los afectados.
Éstas son 9 normas de control interno básicas para evitar los fraudes es definir y respetar las políticas de control:
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